Sólo necesito tu ayuda, tus consejos y tus artículos. Si te negás sería capaz de suicidarme moralmente.
El solo sujeto de que realmente puedo hablar y en nombre del cual me permito hablar con algún derecho de causa soy yo misma.
En la cárcel uno tenía la sensación de que tocaba fondo, vivía en la realidad.
Mi única ambición es llegar a escribir un día más o menos bien, más o menos mal, pero como una mujer.
El monólogo del hombre no me alivia ni de mis sufrimientos ni de mis pensamientos. ¿Por qué he resignarme a repetirlo?
(...) Nacerá una unión, entre el hombre y la mujer, mucho más verdadera, mucho más fuerte, mucho más digna de respeto. La unión magnífica de dos seres iguales que se enriquecerán mutuamente puesto que poseen riquezas distintas.
Hay libros cuya belleza formal es tan apretada, tan concluida, tan severa, que nada nuestro puede insertarse en ellos. Su superficie compacta y lisa no nos ofrece resquicio alguno. Nos queda sólo la posibilidad de aquiescencia o de rechazo.
Lo que desde ya sabemos afirmar de América es que estamos enamorados extrañamente de ella. Y ese amor, como todo gran amor, es una prueba. Prueba que arroja sobre nuestras incapacidades e imperfecciones una luz resplandeciente y cruel.