domingo, 24 de junio de 2012

Alberto Giacometti





















"Nunca a favor de la forma, ni de la plástica, ni la 
estética, sino al contrario. Absolutamente en contra.
Juego sí, erótico sí, inquieto sí, destructor sí".



"Yo como soy, donde me encuentro, lo que yo quiero a la vez en la vida y en el trabajo.
Escribir mi aventura, que es maravillosa"

“La infinita vanidad de todo. Y el misterio existe sobre todo, en todo. El hombre siempre ha expresado en el arte su concepción del mundo, más directa que la filosofía”.




“La composición con nueve figuras me parecía materializar la impresión experimentada el otoño anterior a la vista de un claro de bosque [...] que me atraía mucho. Hubiese querido pintarlo y hacer alguna cosa y me fui con la tristeza de perderlo”


"Retomar todo desde el principio, tal y como veo a los seres y las cosas, sobre todo los seres y sus cabezas, los ojos en el horizonte, la curva de los ojos, la línea divisoria de aguas. Ya no comprendo nada de la vida, ni de la muerte, ni de nada”.


“Imposibilidad total de dibujar el movimiento a partir del natural. Inventar es un error, déjalo. Inmovilidad solamente, o gestos que permitan la ilusión de movimiento en una inmovilidad total”.


"Un modelo particular se vuelve todos... y entre todos los que veo encuentro uno esencial"


"Ya solo trabajo por la sensación que tengo cuando trabajo".



“Odio rellenar todo el lienzo. Sobre todo, porque realmente es imposible dejar algo acabado.”



“es imposible reproducir lo que uno ve”



“la gente imagina, que para hacer un cuadro sólo hay que poner un detalle al lado de otro. Pero no es así. Se trata de crear una entidad completa de una sola vez. ”


"Si en un incendio tuviera que escoger entre salvar a un gato o un Rembrandt, salvaría al gato,…y luego lo dejaría libre". 



"Tengo la impresión de ser un personaje desvaído, un poco borroso, mal situado".

"En todo caso, para mí todo es dibujo".

“Es como si la realidad siempre se hallara detrás de la cortina que arrancamos (…) pues aún hay otra (…) una y otra vez nos queda otra. No obstante, tengo la impresión, o quizá la ilusión, de que voy haciendo progresos día a día. Eso me impulsa, como si realmente fuera a ser posible comprender la esencia del mundo. Así continuamos nuestro camino, a sabiendas de que cuanto más nos aproximamos a la ‘cosa’, más se aleja ésta de nosotros. La distancia que hay entre mí y el modelo aumenta continuamente; cuanto más nos aproximamos, tanto más se aleja la ‘cosa’ de nosotros. Es una búsqueda sin fin.”

"Me pregunta usted cuáles son mis intenciones artísticas en relación con la imaginería humana. No sé bien cómo responder a su pregunta.
Desde siempre la escultura, la pintura o el dibujo han sido para mí medios para comprender mi propia visión del mundo exterior, y sobre todo del rostro y del conjunto del ser humano. O, dicho de una forma más sencilla, de mis semejantes, y sobre todo de aquellos que, por un motivo u otro, están más cerca de mí.
La realidad nunca ha sido para mí un pretexto para crear obras de arte, sino el arte un medio necesario para darme un poco más cuenta de lo que veo. Por tanto, mi concepción del arte es totalmente tradicional.
Dicho esto, sé que me es completamente imposible modelar, pintar o dibujar una cabeza, por ejemplo, tal y como la veo, y sin embargo es lo único que intento hacer. Todo lo que yo pueda hacer no será sino una pálida imagen de lo que veo y mi éxito estará siempre por debajo de mi fracaso, o tal vez el éxito siempre igualará al fracaso. No sé si trabajo para hacer algo o para saber algo, porque no puedo hacer lo que quisiera.
Puede que todo esto sólo sea una manía cuyas causas ignoro o una compensación por una deficiencia en alguna parte. En todo caso, ahora me doy cuenta de que su pregunta es demasiado amplia o demasiado general para que yo pueda responderla de manera precisa. Con esta simple pregunta usted lo pone todo en tela de juicio, ¿cómo responderla?"

"El verdadero shock, la verdadera revelación que hace caer toda mi concepción del espacio, que me ha puesto en el camino donde estoy ahora, la tuve en 1945, en un cine. Me acuerdo muy bien. Era el Actualidades, en Montparnasse. El film hizo que concretizara aspiraciones confusas. Ví, como si nunca hubiera visto. Todo me parecia distinto, y todo era nuevo. El Boulevard Montparnasse tomaba la belleza de las Mil y una noches, fantástico, totalmente desconocido. La profundidad (metafísica) metamorforsea la gente. Los árboles, los objetos poseen un silencio extraordinario, angustiante. Ahora, la realidad se revaloriza, para mí, del todo. Se vuelve lo desconocido, pero al mismo tiempo un desconocido maravilloso"

"En aquel momento, empecé a ver cabezas vivientes en el vacío, en el espacio que las rodeaba. Cuando en principio percibí claramente que la cabeza que estaba contemplando se acercaba y se quedaba inmóvil un instante, temblé de terror como nunca en mi vida, y un sudor frío corrió por mi espalda. Ya no era una cabeza viviente sino un objeto -un objeto que veía como cualquier otro, pero al mismo tiempo no como cualquier otro objeto, sino como algo vivo y muerto a la vez. Grité con terror, como si acabara de cruzar un umbral, como si entrara en un mundo que nunca había visto. Todo ser viviente estaba muerto, y esta visión se repetía con frecuencia, en el metro, en el restaurante, con mis amigos"

"Tengo bastantes problemas ya con el exterior sin tener que preocuparme por el interior"

"Soy incapaz de expresar los sentimientos humanos en mi trabajo. Trato de construir una cabeza, y nada más"

(Sobre la muerte) "fué como una abominable emboscada (...). Mi vida era bella y equilibrada, era favorable (..). Este drama, pensé más allá, es la causa de que esté en lo provisional, no ceso de horrorizarme por toda posesión"

"No puedo ver simultáneamente los ojos, las manos, los pies de una persona que se encuentra a dos o tres metros, pero la parte que miro produce por sí sola la sensación de la existencia del todo"

"Mire, esta figura como un punto quiere decir la señora Yanaihara, qué lejana y pequeña parece. (…) Cuanta más densidad hay en el rostro, más inmenso se vuelve el espacio que lo rodea, ¡es realmente curioso!"

"No veo mucho más allá en pintura y en dibujo, sí. El espacio no existe, hay que crearlo, pero no existe, no (hacia 1949)"

"Toda escultura que parte del espacio como existente es falsa, no hay más que la ilusión del espacio (hacia 1949)"

"A penas he mirado el mar desde que vi, hace dos días, disolverse la última punta de Nueva York, desaparecer, fina, frágil y efímera, en el horizonte, y es como si viviese el comienzo y el fin del mundo, la angustia me oprime el pecho, sólo siento el mar que me rodea, pero también está la cúpula, la bóveda inmensa de una cabeza humana. (…) Imposibilidad de concentrarme en algo, el mar lo invade todo, para mí no tiene nombre, aunque hoy lo llamen Atlántico"






"La escultura no es para mí un objeto hermoso, sino un medio para intentar comprender un poco mejor lo que veo, para intentar comprender un poco mejor lo que me atrae y me maravilla de cualquier cabeza. La pintura es un medio de intentar comprender lo que me atrae y me maravilla de cualquier personaje, cualquier árbol o cualquier objeto sobre una mesa. Una escultura bien resuelta no sería más que un medio para decir a los demás, para comunicar a los otros lo que veo"


"Volver al trabajo absolutamente independiente, sin el menor control, libertad completa, y únicamente lo que me atrae, lo que me gusta, en todos los terrenos. Libertad. Hacer los dibujos, puedo hacerlos en la habitación del hotel o en casa de Diego" (Su hermano)






"No se necesita ver por demasiado tiempo la antediluviana cara de Giacometti para sentir el orgullo y determinación del artista de colocarse en el inicio del mundo".
                                                                                                                                                          Jean-Paul Sartre.



"Giacometti sonríe, y toda la piel de su cara, hecha de pliegues, hace lo mismo. Curioso aspecto. Ríen sus ojos, naturalmente, pero también su frente -su persona entera tiene el color gris de su estudio".


Jean Genêt.