domingo, 7 de agosto de 2011

Antonio Machado















Para dialogar, preguntad primero; después escuchad.

Descubrí el secreto del mar meditando sobre una gota de rocío.

Cuando nos vimos por primera vez, no hicimos sino recordarnos. Aunque te parezca absurdo, yo he llorado cuando tuve conciencia de mi amor hacia tí, por no haberte querido toda la vida.

Por mucho que un hombre valga, nunca tendrá valor más alto que el de ser hombre.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar.