jueves, 20 de marzo de 2014

Diego Rivera







…en arte todo lo que vale y cuenta está hecho de un conjunto armónico de instinto y conocimiento, de un tejido

El papel del artista es de "nutridor", de "proporcionador" de alimentos para el sistema nervioso. Es un obrero esencial para el tejido social.
Todo pintor es tierra que recibe tierra de otro pintor.
El arte es una necesidad vital para el ser humano.

La emoción estética es tan útil al hombre como las funciones digestivas.

Estoy seguro que si don Diego Velásquez volviera a nacer sería fotógrafo.

Mi estilo nació como un niño, en un instante; con la diferencia de que a ese nacimiento le había precedido un atribulado embarazo de 35 años.

El más remoto recuerdo de mi vida es que yo dibujaba. 

El artista es un humilde obrero es un obrero esencial en el organismo social. ¡NO ES UN OBRERO DE ADORNO! El carácter de adorno, el carácter de postre al banquete de la civilización que se le ha querido dar al arte proviene del interés que tienen las clases individuos o grupos de las mayorías trabajadores de hacer parecer al arte como algo que no les es tangible, como algo que depende únicamente del rico, del poseedor de riquezas, único capaz de entenderlo, único capaz de pagarlo, de comprarlo; y provocar en la masa una actitud de admiración hacia lo que ella no puede alcanzar. Por tanto el arte, puesto que es una actividad esencial para la vida humana no puede ser ni es, privilegio de unos cuantos.

Riendo alegremente, me cogió de la mano y me llevó por toda la casa, que parecía estar vacía, hasta su cuarto. Hizo desfilar ante mí todas sus pinturas. Estas, su cuarto y su chispeante presencia me llenaron de una alegría maravillosa. No lo sabía yo entonces, pero Frida ya se había vuelto lo más importante de mi vida.

(...) Así fue como en 1939 Frida se fue a París y lo conquistó. Cuando más rigurosos eran los críticos, mayor era su entusiasmo. El elogio de dos personas en especial doró la aureola de la felicidad de Frida. Uno fue Vasily Kandinsky, probablemente el más grande precursor del abstraccionismo moderno; el otro fue Marcel Duchamp, uno de los maestros del expresionismo abstracto. Kandinsky quedó tan conmovido con las pinturas de Frida, que delante de todos, en la sala de la exposición, la alzó en brazos y la besó en las mejillas y los párpados mientras corrían por su rostro lágrimas de conmovida emoción.

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Su diversión es trabajar; detesta las reuniones sociales y le encantan las fiestas auténticamente populares. En medio del tormento que son para él el reloj y el calendario, hace todo aquello que considera justo: trabajar y crear. (Frida hablando de Diego).